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El valor de la información en la toma de decisiones

    ¿Por qué hay personas a las que parece que todo les va bien y otras a las que nada les resulta fácil? ¿Por qué hay empresas que aciertan en todas sus decisiones de negocio y otras que no consiguen dar con la tecla? Hay cientos de potenciales respuestas a estas preguntas, pero para muchos directivos de empresas a los que hemos consultado, la hipótesis tiende a ser siempre la misma: la suerte.

    Séneca definió la suerte como el momento en el que confluyen la preparación y la oportunidad. Basándome en esta teoría, formularía la siguiente pregunta: ¿están igualmente preparadas las empresas exitosas que las que no lo son tanto? y ¿cómo pueden prepararse las empresas para afrontar mejor los retos y tomar mejores decisiones? A esta última pregunta sí puedo responder ya que tras 20 años ejerciendo el negocio de la inteligencia corporativa he podido ver la diferencia entre quienes incorporan información contrastada a su proceso de toma de decisiones.

    ¿Es oro todo lo que reluce en una empresa a adquirir, aunque el Due dilligence legal y económico sean favorables? ¿Los directivos y administradores de la sociedad con la que me fusiono son todo lo confiables y honestos que puedo esperar o tienen a sus espaldas fraudes anteriores o corruptelas con la administración que podrían afectar a mi reputación y por tanto a mi negocio? ¿Ha mentido en su currículum el directivo al que voy a contratar? ¿Qué estrategia elijo para resolver un conflicto con la administración que está afectando severamente mi cuenta de resultados? ¿Cumple con toda la normativa y legislación que le afecta el proveedor al que voy a contratar gran parte de mi producción en el extranjero? ¿Qué riesgos para mis operaciones me encontraré si abro negocio en Brasil?

    Todas estas preguntas que se hacen o deberían hacerse las empresas, pueden encontrar respuesta a través de procesos de obtención y análisis de información con técnicas estructuradas de inteligencia que dan como resultado informes en los que se establece si una empresa es confiable y cumple o no con sus clientes o proveedores, si un directivo tiene antecedentes que puedan definirle como propenso al fraude interno y la corrupción, si una empresa es un instrumento para el blanqueo de capitales y su actividad es simulada.

    Cada vez más directivos acuden a consultoras como Winterman para minimizar la incertidumbre inherente a cada decisión y limitar los riesgos legales, reputacionales u operativos de las operaciones que se ponen en marcha.

    Una empresa que mejora sus capacidades con información de valor es una empresa que acierta más, que es más eficiente en sus operaciones, más solvente y con mejor reputación.

    ¿Alguna otra pregunta?


    Enric Vilamajó, CEO de Winterman
    Publicado en El Mundo Financiero