Uno de nuestros clientes, del sector de la automoción, detectó una bajada en la facturación sin que el volumen de entrada de trabajo hubiera disminuido. Ante esta situación, el cliente empezó a barajar la posibilidad de que alguno de sus empleados estuviera cometiendo un fraude.
Después de estudiar el caso y valorar las diferentes posibilidades, desde Winterman se propuso un control de actividades en el centro donde se había detectado la incidencia. Se instalaron cámaras de vídeo vigilancia que apuntaran directamente al mostrador donde estaban las cajas de cobro a clientes, y se realizaron diferentes acciones directas con el fin de poder detectar las dinámicas laborales de los empleados.
Fruto de la investigación, y del análisis de la documentación obtenida, se pudo verificar que unos de los empleados dejaba de registrar ciertos trabajos en el sistema informático para quedarse con el cobro de los mismos. Gracias a los vídeos obtenidos se pudieron captar imágenes claras del autor y los hechos, pruebas fundamentales para que la empresa cliente pudiera tomar las acciones legales pertinentes.