Nuevas herramientas en la UE contra las falsificaciones online
Google, Facebook, Twitter y los proveedores de Internet tendrán, a partir de ahora, un nuevo frente de lucha en Europa: las falsificaciones de productos. La Comisión Europea ha aumentado la responsabilidad de las plataformas online para que vigilen los contenidos que se alojan en sus servidores o los productos que se venden a través de sus webs. Además de contar con tecnología para la detección automática, deben borrarlos y asegurarse de que no reaparecen.
Aunque inicialmente estos mecanismos están pensados para luchar contra el terrorismo o delitos como la pornografía infantil, también se pueden aplicar a defender la propiedad intelectual. De momento, la Comisión ha explicado que se trata de una medida de autorregulación del sector, de aplicación voluntaria, pero no descarta legislar al respecto si, para mayo de 2018, no se logran los objetivos esperados.
Las cifras son alarmantes. El mercado de las falsificaciones mueve en Europa más de 85.000 millones de euros anuales, según la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo). En algunos países, como Reino Unido, su impacto en la economía supone un coste para las empresas cercano a los 19.000 millones y afecta a 72.000 puestos de trabajo, según MarkMonitor. En España, los datos son algo más modestos, pero igualmente preocupantes, ya que pone en peligro cerca de 6.000 empleos.
En Francia, por ejemplo, la lucha contra la piratería de productos de lujo se ha convertido en una cuestión de Estado, ya que afecta a uno de sus grandes sectores empresariales y allí se castiga con sanciones tanto al falsificador como al comprador. Sin embargo, en otras partes de Europa, entre las que se incluye España, el debate sobre la posibilidad de multar al usuario ni siquiera se ha planteado.
Para algunas empresas el problema es de tal magnitud que, por ejemplo, el Bureau du Champagne en España ya destina el 40% de su plantilla a luchar contra la piratería y la falsificación de botellas, tal y como puso de manifiesto su directora, Nuria Gené, durante su participación en la jornada Tendencias en la lucha contra la falsificación de marcas a través de Internet, organizada por Elzaburu.
Para José Antonio Moreno, director general de la Asociación para la Defensa de las Marcas (Andema), se trata de “un negocio creciente del que no manejamos cifras exactas, pero cerca del 20% de las réplicas se venden online”. En su opinión, no es un problema que pueda resolverse en cada país, sino que se necesita el apoyo de la Comisión Europea para abordarlo, ya que los delitos se cometen de forma transnacional.
Problema global
Además, el ámbito de actuación se ha vuelto global. “Al principio, se falsificaban principalmente marcas de lujo en prendas de vestir y accesorios de moda de baja calidad. Hoy en día, se fabrican falsificaciones de alta calidad de forma masiva en cualquier tipo de producto”, asegura Juan José Caselles, coordinador del área antipiratería de Elzaburu y autor del libro Derecho de marcas y proceso penal.
Para Damián Fuentes, director de Hestia Consultores, “el sistema de indexación de Google, los medios de pago opaco y otros como las criptomonedas favorecen la venta online de estas réplicas”. En un escenario que avanza tan rápido, este tipo de delito es “inabarcable”, teniendo en cuenta que “el gran volumen de trabajo y la falta de especialización de la Administración de Justicia ralentiza –o cierra– los procesos”, según María Pilar Rodríguez, de la Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Informática.
Caselles, de Elzaburu, va más allá, al señalar que las falsificaciones suelen estar relacionadas con “la comisión de distintos delitos en todas las fases del proceso productivo”. Por ejemplo, durante la fabricación se pueden vulnerar los derechos de los trabajadores o cometer un delito contra el medio ambiente, sin hablar de los problemas de inmigración ilegal, contrabando, falsificación documental, corrupción, fraude, blanqueo de capitales o evasión fiscal en las etapas de distribución y gestión de beneficios económicos ilícitos procedentes de la venta.
El Mercado Negro en cifras
- 85.000 millones €: Sólo en Europa, el mercado de falsificaciones de productos mueve alrededor de 85.000 millones de euros, según datos de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo).
- 23% Estafa: Al menos dos de cada diez compradores online reconocen que alguna vez han adquirido, sin saberlo, un producto falsificado, según MarkMonitor. En estos casos, se trata de un delito de estafa.
- 18% Compradores: El 18% de los consumidores asegura que ha comprado alguna vez productos falsos, a sabiendas de que no eran originales. En algunos países, como Francia, se sanciona tanto al vendedor como al comprador.
Crecimiento
Hace menos de un año, la UE hizo una inspección en las páginas web de la Unión Europea, en la que se identificó a cerca de 4.500 webs que vendían falsificaciones. Aunque no existen cifras exactas, se calcula que alrededor del 20% de los productos falsos se comercializan a través de Internet.
MECANISMOS DE LUCHA
Vigilancia Activa:
En septiembre de este año, la Comisión Europea ha aumentado la responsabilidad de las plataformas online, exigiéndoles que cuenten con tecnología de detección y borrado automático de contenidos delictivos, así como el desarrollo de sistemas para evitar que vuelvan a reaparecer en otro sitio o bajo otro formato.
Acuerdo con las navieras:
En noviembre de 2016 se firmó una declaración de intenciones con el sector naviero para controlar las importaciones de falsificaciones en la UE. El comercio electrónico se refiere a pequeños envíos, que llegan por correo postal o mensajería. Sin embargo, en grandes volúmenes, se gestiona a través de transporte naval.
Operación ‘In Our Sites’:
Europol, en colaboración con Aduanas y las autoridades de los estados miembro, realiza anualmente una inspección entre todas las webs de la Unión Europea, haciendo una especie de ‘criba online’. En la última operación ‘in our sites’ fueron identificadas 4.500 webs que estaban vendiendo productos falsificados.
Nuevos Organismos:
En julio de 2016, se creó en Europa el Centro de Coordinación de Delitos contra la Propiedad Intelectual, con sede en Europol y financiado con fondos de la Euipo. Al mismo tiempo, se dio luz verde a la creación de una red europea de fiscales en materia de propiedad intelectual.