CounterCraft es la primera compañía europea de este incipiente pero estratégico negocio digital.
Una de las tendencias que cobra fuerza en el mundo de la ciberseguridad es la contrainteligencia online. En la actualidad, apenas existe un puñado de empresas especializadas en el mundo, y sólo una en Europa: CounterCraft.
Esta compañía fue fundada hace dos años por tres socios que suman casi sesenta años en el sector de la seguridad informática. Entre ellos, dos españoles: David Barroso, exdirectivo de S21sec y de Elevenpaths (grupo Telefónica), y Fernando Braquehais.
Su objetivo es manipular a los piratas informáticos, creando cebos y escenarios creíbles. Esto puede ayudar a las organizaciones a evitar robos de información sensible, a encontrar evidencias de la usurpación de propiedad intelectual o a identificar a topos en su organización. “Es imposible bloquear todas las intrusiones, pero sí puedes aprovechar esa aparente debilidad a tu favor”, propone Barroso, consejero delegado de la empresa.
CounterCraft se distingue por automatizar estas tareas, lo que facilita la protección de grandes organizaciones –públicas o privadas–, que manejan gran cantidad de información crítica. Se estima que la automatización reduce en un 95% los costes en contrainteligencia frente a las técnicas manuales. Entre sus clientes, aunque no desvelan nombres, Barroso asegura que se encontrarían “algunas de las firmas del Ibex 35, más de veinte empresas del índice Fortune 500 y ciertos gobiernos europeos”.
¿Es legal?
“En estos momentos hay un vacío legal. No puedes atacar a tu atacante. En ocasiones no puedes ni siquiera denunciarle en los tribunales, pero sí puedes manipular la información en tu poder. Si alguien se cuela en tus sistemas, roba unos archivos y resulta que eran erróneos o que estaban infectados con malware, legalmente no puede actuar contra ti”, explica Barroso. Además, empresas como CounterCraft podrían beneficiarse de la próxima aprobación de una nueva ley en EEUU que permitirá a las empresas tomar acciones “más activas” que limitarse a bloquear sus sistemas frente a intrusiones, eso sí, previo aviso al FBI.
Propuesta comercial
CounterCraft ofrece tres tipos de licencias, en función del número de “campañas” que se desee poner en marcha. Los precios parten de los 50.000 euros al año.
La compañía cuenta con oficinas en Madrid y en Reino Unido, país de procedencia del tercer socio fundador. La firma ha sido apoyada desde Wayra, la aceleradora de start up de Telefónica, los fondos de capital riesgo Adara Ventures y Orza, el CDTI y la Unión Europea, a través del Instrumento Pyme. Para este primer ejercicio de actividad, CounterCraft espera generar una facturación de un millón de euros. En 2018, la empresa prevé saltar a nuevos países de Europa y Oriente Medio y alcanzar una cifra de negocio –en un escenario realista– de entre tres y cuatro millones.