Los agentes vigilan páginas webs sospechosas y redes sociales
La llegada de Sebastián Albella a la CNMV en noviembre de 2016 provocó el terror en los chiringuitos financieros, entidades que operan –o dicen operar– en los mercados, sin la preceptiva autorización del supervisor español ni de ningún otro de la Unión Europea. La campaña de información para evitar estos fraudes ha sido masiva desde entonces.
Los encargados de realizar esta misión serán una suerte de ciberespías que irán monitorizando las páginas webs sospechosas y las redes sociales. Los agentes comprobarán si las entidades que ofrecen servicios de inversión están autorizadas.
El lanzamiento de la operación de compra misteriosa (mystery shopping, en la jerga) que llevarán a cabo esos expertos fichados por la CNMV para identificar y después desmantelar los fraudes comenzará previsiblemente antes de final de año. Aunque un portavoz del supervisor matiza que hasta que no finalice esta redada informal –no es una actuación más de supervisión– no se darán fechas con el objetivo de evitar la alerta de los posibles infractores. La posibilidad de que la CNMV vigile de forma anónima está recogida en la ley de fomento de la financiación empresarial de abril de 2015.