El inicio de las emisiones en francés de la cadena ligada al Kremlin coincide con el anuncio de una ley contra las ‘fake news’ y las injerencias
En su primer día en las pantallas, pudo verse una entrevista con el político francés Nicolás Dupont- Aignan, soberanista de derechas, prorruso y aliado de la ultra Marine Le Pen en las últimas elecciones presidenciales; otra con el cineasta Oliver Stone, que ha rodado un documental sobre Vladímir Putin y es nostálgico declarado del general Charles de Gaulle, y un reportaje sobre los éxitos de Rusia en Siria.
Russia Today (RT) no es una cadena cualquiera. Financiada por el Estado ruso y ligada al Kremlin, acusada de difundir propaganda para perturbar elecciones en países occidentales, entre ellas las presidenciales francesas de 2017, empezó a emitir en Francia el 18 de diciembre. Desde entonces, se halla bajo la vigilancia estrecha de las autoridades, hasta el punto de que el presidente Emmanuel Macron prepara una ley para aumentar los controles ante “cualquier tentativa de desestabilización por parte de servicios de televisión controlados o influidos por Estados extranjeros”.
RT, que ya emite en inglés, árabe y español además de ruso, afronta peticiones para que se le retire de inmediato la autorización para emitir en Francia. La ensayista Galia Ackerman es una de las firmantes de una carta publicada en Le Monde que exigía a Olivier Schrameck, presidente del Consejo Superior Audiovisual (CSA), “suspender la atribución de la licencia de difusión a Russia Today en el territorio francés”. Los firmantes invocan “la preservación de la paz civil”. En una entrevista telefónica, Ackerman menciona los intentos de injerencia rusa en la elección de Donald Trump en EE UU, el referéndum sobre la UE en Reino Unido o el proceso independentista catalán. Subraya el apoyo de la constelación propagandística rusa —de la que, en su opinión, RT es un eslabón— a “las franjas de la sociedad que son nacionalistas, separatistas, euroescépticas, populistas, de inclinaciones fascistas”. Y precisa que el peligro no es inminente: “Todo esto puede tener un papel en circunstancias específicas, si mañana hubiese una crisis”.
Bajo observación
En un informe publicado en enero de 2017, la oficina del director de Inteligencia de EE UU concluía que “la maquinaria de propaganda estatal de Rusia contribuyó a la influencia en la campaña [de 2016 en EE UU] sirviendo como plataforma para que el Kremlin enviara sus mensajes a audiencias rusas e internacionales (…) Valoramos que Moscú aplicará las lecciones aprendidas de esta campaña ordenada por [el presidente ruso Vladímir] Putin en todo el mundo, incluso contra aliados de EE UU y sus procesos electorales”.
El 29 de mayo, en una rueda de prensa junto a Putin en Versa- lles, Macron dijo: “Russia Today y Sputnik [otro medio ruso activo en Francia] han sido órganos de influencia durante esta campaña que, en varias ocasiones, han producido falsedades sobre mi persona y mi campaña”.
Xenia Fedorova, presidenta y directora de información de RT France, se defiende alegando que se trata de un medio de comunicación informativo clásico, inspirado en el modelo anglosajón de la CNN, y “centrado en historias que los medios dominantes [mainstream, en inglés] no tratan”. Y sostiene, a la espera de que Macron precise el contenido de la ley, que puede representar “el principio de la censura y la supresión de la libertad de expresión”. Niega que su medio difunda noticias falsas.
“El problema de las fake news no es lo esencial, son anecdóticas. El problema fundamental es que, aunque esta cadena no use fake news, puede ser igual de tóxica”, comenta en un café de París la historiadora Franqoise Thom, especialista en Rusia y firmante de la carta en Le Monde. “Como decía San Agustín, ‘es por la intención del espíritu y no por la verdad o falsedad de las cosas como hay que juzgar si alguien miente o no’. Se puede decir la verdad con la intención de engañar”.
El CSA mantiene bajo observación a RT France, obligada a firmar un convenio que la compromete a ofrecer información con “honestidad” y “rigor”. La nueva ley reforzará los poderes de la autoridad audiovisual. “Esto le permitirá también, en caso de actos cuya naturaleza afecte al resultado del escrutinio, sea en periodo preelectoral o electoral, suspender o anular el convenio”, dijo Macron en su discurso de Año Nuevo a la prensa. No mencionó a RT pero a nadie se le escapó en quién pensaba.
La visión rusa de la guerra en Siria
Xenia Fedorova, presidenta de RT France, se queja de que su cadena vea limitado el acceso a las acreditaciones para cubrir al presidente. Señala que otros medios públicos no están bajo sospecha ni reciben el mismo trato. Los estudios de la cadena huelen a nuevo. Unas 80 personas trabajan en la redacción, la inmensa mayoría franceses. En total tiene unos 150 trabajadores. La inversión para ponerla en marcha ha sido de 20 millones de euros. “En Francia”, defiende Fedorova, “vemos una cobertura de los acontecimientos internacionales con el sesgo de una parte”. ¿Un ejemplo? “Siria. La lucha contra el ISIS. La mayoría de canales dijeron que el ISIS fue derrotado principalmente por las fuerzas de la coalición, y subestimaron el papel de Rusia”. Respecto a la política interna francesa, RT France ha puesto el foco en episodios de violencia policial o en conflictos sindicales. La carta publicada en Le Monde contra la emisora suscitó reacciones virulentas, como la del escritor ultranacionalista Eduard Limónov, que en un artículo en la web de RT en ruso cuestionó los orígenes franceses de los firmantes, y añadió: “Parece que los que protegen a los franceses de la influencia deletérea de Rusia no son franceses sino gente venida de fuera. Interesante, ¿no?”.