La alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Moghcrini, ha cifrado el presupuesto inicial para plantar batalla contra la propaganda exterior en 1,1 millones, 300.000 euros más de lo anunciado a principios de ines. Según Moghcrini, en los dos últimos años la UE ha detectado más de 3.500 actividades de dcsinformación, en gran parte dirigidas a “denigrar y tergiversar los valores, las políticas, las personas y los procesos democráticos europeos”.
Mogherini se ha referido a esta partida económica en una carta remitida el viernes a la vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra, y otros tres europarlamentarios españoles del grupo liberal que le habían preguntado por las acciones para impedir la injerencia rusa en las elecciones catalanas del jueves. La respuesta, enviada un día después de que los catalanes votaran, confirma la detección de injerencias extranjeras en Cataluña.
En los últimos meses, España ha elevado la presión para situar esta batalla contra la información falsa entre los cometidos de la UE. La modesta East Stratcom Task Forcé depende del servicio diplomático europeo. Hasta ahora, la unidad funciona con 14 expertos, en su mayoría proporcionados de manera voluntaria por algunos países miembros y sin líneas presupuestarias propias. Para estar al corriente de las noticias falsas que circulan por medios y redes, cuenta con una red de 400 colaboradores diseminados en 30 países, en buena medida del Este.
Becerra se lamenta de que Mogherini no haya contestado hasta después de las elecciones y de que la respuesta aborde la situación de Cataluña de una manera muy ligera. “Enviamos la carta para posibilitar que le llegara de una forma directa y más rápida para que pudiera contestar antes de las elecciones”, explica en conversación telefónica. “Es bueno que se estén dando los pasos adecuados”, concede y, aunque la respuesta sobre Cataluña no sea específica, considera que sí es “valorable” que se preste atención a las elecciones que se desarrollan en Europa.
En la carta, la alta representante asegura que se trata de un “problema” que se toma “muy en serio” y recuerda que ya se creó en 2015 una unidad contra la desinformación que opera en Bruselas. Aunque incide en que “el alcance de las actividades de desinformación en los Estados miembros es, en primer lugar, responsabilidad de los Estados miembros”, el documento añade que el trabajo de la task forcé contribuye a crear conciencia y a hacer que el resultado de su trabajo esté disponible. De hecho, dice que “todos los ejemplos de desinformación, incluidos los relacionados con Cataluña, se ponen a disposición del público” en la web Euvsdisinfo.eu.
En la web se nombra a Cataluña en una entrada en la que se habla del tratamiento que hizo la televisión rusa de la consulta ilegal del 1 de octubre, al comparar la situación de Cataluña con Ucrania o criticar la respuesta de las autoridades españolas. Becerra considera insuficiente estas referencias. “No es de recibo dar por incluido todo el compendio de acciones, y de fake news [noticias falsas], con recoger una noticia de Russia Today, eso desvirtúa la posible relevancia de esta carta (…) Si los fondos que vamos a dedicar se reducen a una web no se aporta nada”, añade.