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Pemex sufre más de 600.000 ciberataques mensuales


    La compañía denuncia que su sector es el más afectado por la delincuencia cibernética.

    Petróleos Mexicanos (Pemex) recibe aproximadamente 600,000 ataques cibernéticos mensuales, 7.2 millones al año, asegura Rodrigo Becerra Mizuno, director corporativo de Tecnologías de Información de la petrolera. En una entrevista con El Universal y cerca del foro Pemex Drive Oil and Gas México que se celebrará el próximo 27 y 28 de febrero, comenta que la petrolera es la empresa que registra más intentos de penetración ilegal a sus sistemas informáticos en el país. «El Sistema de Administración Tributaria -dice- recibe entre 150,000 y 200,000 mensuales, pero hasta ahora nosotros no hemos tenido ningún tipo de penetración ni ataque exitoso».

    De hecho, añade, el año pasado logramos pasar sin ningún tipo de vulnerabilidad los dos ataques grandes: el WannaCry1 y el WannaCry2, que afectaron ordenadores del mundo. Lo más importante para nosotros es tener la capacidad de respuesta si esto llegara a suceder, porque «no hay pared impenetrable y en todo caso es cómo te recuperas de eso rápidamente».

    Afirma que Pemex trabaja desde hace 10 u 11 meses en la transformación digital de la empresa, que va a permitir, además de fortalecer la seguridad de los sistemas informáticos, «facilitar el intercambio de información con socios como Shell y BHP Billiton o nuestros futuros socios, los cuales van a querer que el intercambio sea íntegro y tenga protecciones». «Entonces nosotros tenemos que estar a ese nivel y le estamos dando prioridad a tener la mejor seguridad y políticas de protección de información modernas para estar a la par de ellos», añade. Becerra Mizuno menciona que las empresas de petróleo y gas son las que más ataques cibernéticos reciben en el mundo por el giro comercial en el que se encuentran.

    Proyecto tecnológico

    Con relación al programa de transformación digital de Pemex, el funcionario comenta que se trata de un proyecto de tres años: un año fue para sentar las bases, el segundo para implementar las pruebas de concepto y despliegue, y el tercero para tener esto cien por cien. Obviamente es un viaje que no se acaba, porque hay que seguirlo apuntalando, manteniendo y estar atentos porque la tecnología cambia rápidamente. Esto significa que hacia 2019 la empresa habrá fortalecido aún más sus sistemas informáticos.

    El director corporativo de Tecnologías de Información de Pemex explica que la empresa requiere cambiar el modelo que le ha llevado a ser propietario de una gran cantidad de activos tecnológicos a lo largo de los años para transitar a formas más eficientes de operar la tecnología, al mismo tiempo que se asegure la continuidad operativa.

    La iniciativa que tenemos es la transformación digital, tomando en cuenta que todas las empresas modernas, grandes como Shell o BP traen esta tendencia y Pemex «no se puede quedar atrás, queremos potenciar los negocios de la empresa, desde perforación, exploración hasta comercialización, con tecnología, básicamente para darle transparencia, ahorro, mejorar la producción y hacerla empresa competitiva».

    La cadena productiva de Pemex, agrega, se sostiene con un componente tecnológico moderno en cada paso, pero puede hacer muchísimo más. La oportunidad, añade, consiste en aprovechar las herramientas de la Reforma Energética para mejorar la operación y servicios, a la par de reducir costos, mediante opciones que van desde la desincorporación de activos hasta la generación de nuevos modelos como asociaciones o esquemas de tercerización, incorporando prácticas de clase mundial.

    «Tan solo en 2017, la empresa logró un ahorro de 15% y esperamos elevarlo a 20% este año, lo que ha significado que pudimos reducir el presupuesto en tecnología de 300 millones a 250 millones de dólares (244 millones a 203 millones de euros)», detalla.

    El esquema contempla tres vertientes: Tercerizar, es decir, poner en manos de terceros la administración de plataformas de infraestructura y aplicaciones para reducir el tiempo y costo de operación. «Ejemplo de ello son las redes de telecomunicaciones, las más de 400 estaciones de microondas, o la infraestructura de procesamiento como los siete Data Centers. Donde hay virtudes del mercado y donde podemos poner a varios a competir para darnos el mejor precio y el mejor servicio, sin comprometer la integridad de la información de Pemex, ahí estaremos trabajando».

    Los ahorros que genera el terciarizar invertirlos para tener la mejor tecnología y el mejor servicio en donde sólo nosotros podemos entrar. Tal vez en un siguiente paso, dice, que puede ser ambicioso, si entraran otras petroleras, nosotros ya estaríamos ahí y podemos venderles el servicio. «Esta visión de negocio es la que estamos implementando en la empresa para monetizar y generar ahorros».

    La otra vertiente es la suscripción a servicios, que consiste en sustituir servicios internos de alto costo de mantenimiento para ser adquiridos como uno externo. Ejemplo de ello son las más de 600 aplicaciones de negocio existentes o infra-estructura de cómputo que puedan ser proporcionados por un tercero o en la nube (IaaS o SaaS, principalmente). El esquema donde hay un alto nivel de transacciones donde alguien más te mantiene la plataforma, te cobra una pequeña comisión y te baja el costo de operación y la tienen siempre al último grito de la tecnología «es donde podemos generar alianzas». Cita, por ejemplo, los centros de datos: el negocio de Pemex es el petróleo y el precio de almacenamiento y procesamiento en la nube ha ido cayendo drásticamente en los últimos años.

    «Amazon Web Services ha bajado sus precios más de 66 veces en los últimos siete años, entonces la idea es pasar parte o gran parte de esta información a un esquema con alguien como ellos y nada más estar pagando por un servicio y no gastar en servidores, poner piso blanco y aire acondicionado». La otra parte es la optimización, comenta.

    De manera paralela, llevar a cabo una optimización de las soluciones e infraestructura que por su naturaleza Pemex deba mantener como propias, como en el mar, en donde las telecomunicaciones sólo las puede ofrecer la empresa. «Ahí seguiremos haciéndolo nosotros».

    El funcionario comenta que otra vertiente es la desincorporación de activos que no son rentables. También detalla que Pemex se acostumbró a hacer su infraestructura en casa y «ahorita tenemos tramos de fibra óptica que ya no son útiles y que además hay que darles servicio».