Nuestro cliente, una compañía aseguradora del sector del automóvil, se puso en contacto con nosotros para encargarnos la investigación de un siniestro de robo del cual tenían sospechas sobre su veracidad.
La investigación se inició con la verificación de los datos registrados en la denuncia que el asegurado del vehículo realizó ante la policía. Se comprobó la zona donde había tenido lugar el robo, las fechas y horarios. Se inició una búsqueda de posibles testigos y se revisó la existencia de posibles cámaras que hubieran podido registrar alguna imagen del incidente.
Gracias a toda la información recopilada y analizada se pudo comprobar que el asegurado tenía importantes deudas económicas y que, en realidad, no le habían sustraído el vehículo, sino que había sido el mismo quien lo había vendido a un tercero para, seguidamente, simular su robo.
La investigación concluyó con un resultado positivo para la compañía aseguradora, quien con todas las pruebas y datos recabados pudo interponer una denuncia de fraude contra su asegurado.
Las aseguradoras ahorran a sus clientes 47,90 euros por cada euro que destinan a investigar posibles casos de fraude, según concluye el informe ‘El fraude al seguro español 2018’ publicado por la Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA) a partir de la información facilitada por 41 compañías aseguradoras.