El estudio anual del fraude corporativo elaborado por la consultoría Winterman refleja que el fraude interno, cometido por personal de la misma empresa, es el que más aumenta en comparación con los resultados de 2015.
Del mismo estudio se extrae que sobre el absentismo laboral, otra de las tipologías típicas de fraude empresarial, aproximadamente el 30% de las bajas son fingidas o exageradas para no acudir a trabajar. El coste de este absentismo fraudulento es de casi 2.000 millones de euros que deben asumir las empresas españolas.
Barcelona, 23 de marzo de 2017.- Winterman, la agencia especializada en sistemas de prevención y detección del fraude empresarial, ha presentado el ‘Informe Anual de Fraude Corporativo 2016’ en base a los más de 3.400 casos que la compañía ha investigado a lo largo del último año en España.
Las conclusiones del estudio revelan que el fraude financiero ha aumentado más de un 16% en relación a 2015 y el fraude empresarial un 6,1%. “La crisis económica, la baja percepción del riesgo y la poca contundencia de las víctimas a la hora de denunciar son algunas de las causas de este incremento”, afirma el director general de Winterman, Enric Vilamajó.
El fraude interno se dispara
A lo largo de 2016, el 67% de los casos de fraude empresarial investigados son de carácter interno, es decir, que ha sido cometido por personal de la misma empresa, por empresas proveedoras y/o subcontratadas.
En este ámbito, la tipología de fraude que más ha aumentado (casi un 60% con respecto a 2015) es la relacionada con la fuga de información de carácter confidencial. Cabe destacar también que cerca del 80% de este tipo de fraudes son cometidos por personal con acceso autorizado a los datos. La percepción del valor de la información ha crecido exponencialmente en los últimos años y por este motivo se ha convertido en uno de los activos más atacados.
“Actualmente existe una falta de control interno de los datos en las empresas debido a la baja percepción del fraude como riesgo potencial y a la creencia de que el daño que se puede generar no puede llegar a ser significativo. Dos errores graves para los empresarios que quieran evitar este tipo de delitos”, asegura Vilamajó.
El fraude a las aseguradoras también crece
El fraude financiero ha aumentado casi un 30% en comparación con los resultados de 2015 y se han superado los 2.350 casos investigados entre los que destacan el blanqueo y la evasión de capitales; los fraudes con tarjetas de crédito y los fraudes en transacciones de comercio electrónico.
La consultora también ha detectado que los fraudes a las compañías aseguradoras han incrementado un 10,8% en diversas modalidades como: reclamaciones fraudulentas (por siniestros, robos, etc.); fraudes en el momento de contratar la póliza, reclamaciones de accidentes no producidos y reclamaciones de indemnizaciones por decesos no producidos.
“El sensible repunte de la actividad empresarial fomenta una sensación de estabilidad que ha generado un incremento de casos de absentismo laboral y supone un importante impacto económico para las empresas españolas”, añade Vilamajó. “Del resultado de nuestras investigaciones se extrae que aproximadamente el 30% de las bajas son fingidas o exageradas para no acudir a trabajar. Podemos concluir que el coste del absentismo fraudulento es de casi 2.000 millones de euros que deben asumir las empresas de este país”, concluye.